Estimado/a profesional, investigador/a, grupo de investigación, institución
u organización:
El motivo de esta carta es hacerte partícipe y pedir tu colaboración, o en su caso el de la institución u organización que representas, en un Proyecto ilusionante que estamos comenzando y, entendemos, tiene interés para la comunidad científica y profesional de nuestro país y de fuera de él.
Desde hace algún tiempo, un grupo de profesores de la universidad que estamos
en contacto directo con los profesionales del ámbito psicoeducativo y psicopedagógico,
venimos constatando la necesidad de estrechar lazos entre ambos ámbitos, especialmente,
en lo referido a las tareas investigadoras.
La investigación, en las concepciones profesionales más tradicionales, se ha considerado como una tarea propia y exclusiva del ámbito universitario y de los profesionales universitarios. Sin embargo, la evolución del conocimiento y de la propia sociedad nos está mostrando que, en esta realidad cambiante, el conocimiento profesional aplicado, tiene tanta importancia como el generado por la comunidad profesional académica. No obstante, dicho conocimiento profesional aplicado, lejos de ser siempre considerado en su justa medida, en el ámbito académico, ha sido objeto, en ciertas ocasiones, de relegación a un segundo plano con el apelativo de "carecer de rigor suficiente y de la sistematización propia del conocimiento científico". Paralelamente, la visión de los profesionales aplicados, en la práctica, parece ajustarse a una visión del conocimiento académico como "teórico, descontextualizado de la práctica, excesivamente sistemático y rígido, como para adaptarse y dar respuesta a los problemas cotidianos de la práctica profesional".
Esta situación ha llevado a una cierta ruptura epistemológica y práctica entre
ambos tipos de conocimiento, en lo referido a los ámbitos psicoeducativo y psicopedagógico.
A nivel conceptual, los problemas, intereses, objeto de estudio y esfuerzos
del ámbito del conocimiento académico parecen estar alejados de los delimitados
por el ámbito del conocimiento profesional. De igual forma, en muchas ocasiones,
el conocimiento profesional, construido "in situ", tiene más importancia y efectividad
para los profesionales que el generado por el ámbito académico. A nivel empírico,
los procesos de toma de decisiones propuestos para resolver los problemas cotidianos
psicoeducativos y psicopedagógicos son, en muchos casos paralelos o, incluso,
divergentes, a la hora de explicar, evaluar e intervenir en el problema propuesto,
en relación a lo postulado desde el conocimiento académico.
Estos desajustes, ya clásicos, entre los ámbitos el conocimiento conceptual y la práctica profesional, han tenido, además, otros efectos. Como consecuencia de los hechos ya referidos, a nivel de investigación, seguimos asistiendo a una ruptura real, construida, más sobre la práctica de los hechos que por una justificación epistemológica -a todas luces, inconsistente-, entre la investigación psicoeducativa y psicopedagógica, de orden académico y profesional. En este ámbito, aparecen, una vez más, los recelos entre ambos tipos de investigación. Los investigadores académicos, definen objetos de estudio, utilizan paradigmas y métodos desconocidos, o no siempre entendidos de forma adecuada para los profesionales en la práctica.. De otra parte, los profesionales que realizan investigación en su labor profesional aplicada diaria son muy escasos.
Sin embargo, la evidencia teórica y práctica sigue mostrando, de forma bastante
consistente, que, en la práctica profesional, la investigación supone un ejercicio
insustituible de reflexión en torno al análisis explicativo de los problemas,
la evaluación de sus características, la intervención para resolverlos o la
evaluación para constatar la efectividad e idoneidad del proceso seguido. Es
inconcebible que, ya entrados en el siglo XXI, podamos seguir trabajando con
modelos teóricos obsoletos o insuficientemente contrastados, evaluando con instrumentos
pendientes de validar o interviniendo educativamente sin evaluar de manera suficiente
los efectos reales y la rentabilidad de tales intervenciones. De igual forma,
para los investigadores académicos aplicados, el proceso de reflexión aportado
por la criba de la práctica psicoeducativa y psicopedagógica, es tremendamente
valioso, así como un campo de falseamiento y validación teórica y empírica insustituíble
para el conocimiento académico construido desde la concepción de los hechos.
En este estado de cosas, un grupo de profesionales de la universidad y de la
práctica psicoeducativa y psicopedagógica, hemos querido poner nuestro grano
de arena para que esta tendencia cambie. Para ello, hemos diseñado diversas
iniciativas que ya estamos desarrollando. Hemos creado un dominio Web (www.investigacion-psicopedagogica.com),
dentro del cual se ubican las diferentes iniciativas:
1) hemos creado un grupo de investigación formado por investigadores y profesionales
denominado "Investigación Psicoeducativa y Psicopedagógica" (HUM-746).
2) hemos creado un revista de divulgación científica en internet para garantizar el acercamiento de ambos colectivos en la tarea investigadora.
3) hemos creado la "Asociación Andaluza de Psicología Educativa y Psicopedagogía", también constituida por profesionales de ambos colectivos, como un foro de encuentro, intercambio de información y experiencia, debate y formación conjunta y continuada en el tiempo.
Entre todas las iniciativas citadas, te pedimos colaboración, en este momento,
para la ejecución de la segunda. La Revista Electrónica de Investigación Psicoeducativa
y Psicopedagógica- Electronic Journal of Educational Psychology and Psychopedagogical
Research.